jueves, 18 de septiembre de 2014

¿AUTONOMÍA o SOLEDAD? FOMENTAR LA AUTONOMÍA DE NUESTR@S HIJ@S



Algunas de las cuestiones con las que se encuentran muchos padres y madres a la hora de educar a sus hijos es cómo conseguir que sean autónomos y que no “dependan” tanto de ellos.

Muchos manuales nos informan de cuándo los niños deben empezar a ser autónomos, y qué se debe hacer para ello, no obstante, la autonomía, igual que otras muchas facultades, se va forjando desde el nacimiento y en todo el proceso de cremiento del niño.

Reflexionar sobre lo que significa el término “autonomía” nos ayudará a comprender lo que ella implica, y esta comprensión a la vez, nos ayudará a actuar de la forma más adecuada.

Según las deficiones encontradas en los diferentes diccionarios, la autonomía sería “aquella facultad para poder obrar según el propio criterio, con independencia de la opinión o el deseo de otros”.

En todas las definiciones que he encontrado se relaciona la autonomía con la independencia, y es aquí donde quiero detenerme un momento para hacer unas reflexiones. La indepencia sería “la falta de dependencia”. Pero el término “depender/dependencia” tiene varias acepciones:

1-· Estar conexo o condicionado por algo para existir o tener lugar.

2-· Necesitar de la ayuda y protección de otra persona o de otra cosa.

3-· Estar subordinado a algo o alguien

Siguiendo la acepción 1, está claro que no podemos ser independientes, ya que estamos condicionados por otros para poder existir o tener lugar.

Aunque nos cueste aceptar, la acepción 2 también sería dificil de negar, ya que ¿quién no necesita ayuda o protección, aunque sea en algún momento?. Esa búsqueda de protección puede que no la realicemos conscientemente, o no vaya dirigida directamente hacia una persona, pero buscamos protección continuamente, sino por ejemplo, ¿por qué las compañías de ‘seguros’ tienen tanto poder?

Quizás es la acepción 3 la más popular y la que causa más controversia y más rechazo, ya que estar en un orden por debajo de otro no es de agrado para nuestro ego.
Ante esta amenaza de estar por debajo de otro, se tiende a reaccionar con el impulso de la soledad para poder reafirmar así nuestra valía personal y dejar contento a nuestro ego. En esta soledad intentamos no caer en las otras 2 acepciones antes nombradas (y que también hacen daño a nuestro ego), buscando una “libertad” que es imposible. No pedir ayuda o protección se convierten en ‘valores’ que reafirman esta libertad e individualidad, convirtiéndose en símbolos de ‘fortaleza’ personal, y una necesidad pasará a ser una ‘debilidad’, como dice la canción.

Sin pretender hacer referencia al panorama político actual (aunque nos recuerde un poco), ya que mi enfoque lo realizo a nivel individual y personal, entender el concepto “dependencia” bajo las 3 acepciones a la vez puede crear conflictos, poco entendimiento y sobretodo mucha frustración, ya que, como he comentado anteriormente, hay dos puntos en los que nos topamos con una imposibilidad propia del ser humano (acepción 1 y 2). Si esta imposibilidad no se acepta, se transforma en sentimiento de impotencia, y como sabemos, la impotencia genera frustación.

Por lo tanto, volviendo a la definición de autonomía: “aquella facultad para poder obrar según el propio criterio, con independencia de la opinión o el deseo de otros”, yo soy partidaria de entender esta independencia como una subordinación, tomando sólo la acepción 3, y no todas las demás. Bajo esta acepción se podría entender que es autónomo aquél que puede obrar según el propio criterio y que no toma como más importante el deseo u opinión de otros, (y no que no necesite ayuda y protección).

¿Dónde quiero llegar con todo esto?

Confundir autonomía con soledad es un error.

Mi experiencia en el trabajo con niños y con sus padres-madres-cuidadores, me ha hecho reflexionar sobre estas cuestiones, ya que no paro de ver cómo estos cuidadores (no todos) intentan que sus hijos ‘aprendan’ a ser autónomos, y, con el mejor de sus deseos, para que lo consigan, les dejan solos.
Para que nuestros pequeños puedan obrar según su propio criterio, primero deben tener un criterio, y luego, para poder defenderlo ante los demás, debe creer en sí mismo como alguien importante y válido.

El niño necesita a alguien que le ayude a pensar sobre el mundo, a comprenderlo, a hacerse preguntas. Alguien que esté con él en las dificultades, dejándole que busque maneras diferentes de enfrentarse a ellas, aunque se equivoque, y no solucionándoselas todo el tiempo. Es fundamental que sus opiniones se tengan en cuenta, que se alabe el esfuerzo, y no confundir lo que él hace con lo que él es (si hace algo mal no quiere decir que ‘sea malo’). El niño necesita a alguien que le proteja cuando se equivoca, y que le de seguridad para seguir hacia delante, para seguir intentándolo. Alguien que le ofrezca pautas, ejemplos… y que confíe en él (no sobreprotegiéndole). Que le haga sentir importante y útil (dejándole participar en las diferentes tareas cotidianas, por ejemplo), y que le dé un lugar, en la familia y en el mundo.

Resumiendo, es fundamental acompañarle en su autonomía y no dejarle en esa soledad en la que se siente perdido e incapaz.

Para finalizar, y permitiéndome jugar con las acepciones del término ‘depender’: ayudar y proteger se convierte en necesario para poder existir, tener un lugar, y conseguir ser autónomo.

lunes, 8 de septiembre de 2014

Motivación hacia el aprendizaje

En la actualidad se le está concediendo mucha importancia a los contenidos escolares y a que el niño ‘sepa cosas’, sea productivo, competitivo y con las mejores notas. Muchos padres se quejan de que sus hijos no están concentrados, no se esfuerzan o no están motivados. Eso, a lo que comunmente llamamos motivación, es simplemente tener deseo de algo. Y, ¿dónde queda el deseo de aprender? 
Al llenar al niño de cosas, de contenidos y de respuestas, se mata la creatividad y la reflexión, y desaparece el espacio y el tiempo para el aburrimiento, para la frustración, para la imaginación y para el deseo.
Si lo tienes ‘todo’, si en ‘todas’partes encuentras respuestas, si ‘todo’ ya está dado y dicho… ¿para qué buscar? ¿para qué aprender? ¿para qué querer mejorar? Aprender, por tanto, no tiene ningún sentido.
Ofrecer un tiempo y un espacio para que el niño comprenda, asocie, se pregunte y busque explicaciones permitirá que convierta las informaciones en ‘conocimiento’, y por tanto, podrá dar un sentido a aprender. Y a partir de ahí surgirá todo lo demás…

miércoles, 19 de febrero de 2014

TALLER-GRUPO DE MADRES Y PADRES


El humano es el ser que nace más 'incompleto' y el que necesita más tiempo del cuidado del otro para poder conseguir el desarrollo necesario para ser autónomo. Las relaciones con sus primeros cuidadores (padres) son fundamentales en este crecimiento y construcción, ya que irán colocando en un lugar u otro las diferentes piezas que 'completan' este puzzle.

Por un lado el papel de los cuidadores (padres) es fundamental, no obstante, nadie nace preparado para ser padre/madre, ni sabiendo cómo serlo. Es una función que se va construyendo en la relación con el hijo/a.

Esto hace que generalmente nos sintamos perdidos y con miedo en este recorrido tan importante y en el que influyen tantos factores. Nos encontramos continuamente cuestionándonos sobre aspectos que giran entorno a qué y cómo hacer para conseguir ‘lo mejor’ para nuestro hijo/a y para ser el 'mejor' padre/madre posible.

El mensaje que recibimos desde los medios y la sociedad es que hay una fórmula mágica, una única y mejor manera, la correcta y la que 'vale'; pero la experiencia y la sensatez nos demuestran y nos hacen ver que lo que funciona en una persona puede no funcionar en otra.Y ahí reside la magia y lo fascinante de ser padres, a la vez que la importancia y necesidad de reflexionar y decidir qué camino escoger.

Este espacio está dedicado a todos aquellos que quieran reflexionar, conversar, exponer, aclarar dudas y compartir cuestiones y asuntos relacionados con la tarea y aventura que supone ser padres.


Grupos: 5-8 personas
Reuniones semanales. Día y hora a concertar.
Duración: 90 min. aprox.
Precios:
1 sesión: 8€
Pack mensual 4 sesiones: 30€

Para participar contactar en el teléfono 667628383.
Zona:Calafell